ALERTA ROJA

Sin ánimo de exagerar, ni tampoco de ser dramáticos, el título sirve para darnos cuenta que hay cosas que indudablemente cambian al superar categorías. Está clarísimo, no es lo mismo la “A”, que la “B”. Pero no significa que ahora, al haber perdido, no nos siéntamos capaces de dar al gran salto… ¿Cuál? El campeonato, lógico! Si antes creíamos, ¿por qué ahora no? Es decir, nadie nos quita el sueño… (y menos Macachín!), pero hay que caminar de a un paso, y no ir saltando como langostas.
Para explicarlo mejor: el campeonato es largo, esto recién empieza. Hay que entender que cada semana tenemos revancha. ¿Por qué volvernos locos? ¿Qué sentido tiene desordenarnos? La única explicación válida es que enfrente estaba el clásico de toda la vida, y perderlo es tan doloroso como ver llorar a tu madre. Si tenía que pasar, mejor que haya pasado en la primera fecha. Nos da tiempo a modificar y corregir lo necesario. Es verdad, quizás no era el momento –estábamos ilusionados con regresar a la “A” despachando a Macachín,-, pero alguna vez tenía que suceder (casi 10 años sin ganarnos). ¡Y que no queden dudas!: somos el rival que quieren ganarle a cualquier precio, somos "su clásico", por más que digan lo contrario ¿O no se observó cómo festejaban, cómo descargaron tanta alegría? Si hasta casi dan la vuelta olímpica...
Entiendo que hoy, jugadores, dirigentes, hinchas, todos nos planteamos con ver a Independiente en el primer plano. Llegar al Provincial, el principal objetivo. Desviarnos de esa meta es permanecer en la mediocridad. Somos un equipo bien de pueblo, orgullosamente doblense… y si conseguimos regresar a la elite del fútbol pampeano, con nombres puros de nuestro amado y querido pueblo, no tengamos dudas que pasaremos a ser los más respetados. Mucho más que otros, que sin refuerzos no llegan demasiado lejos, mal que les pese. Pues bien, demostremos lo contrario.


El partido. Hay que reconocer que esta vez nos faltó mayor ímpetu, temperamento, y por qué no experiencia. Sobre todo para mantener la diferencia, y más aún para estirar el resultado cuando estábamos 1-0. No pudimos contrarrestar la embestida rival, nos dieron tres golpes en el peor momento. Y eso hay que aprender, a liquidar el pleito. Nosotros perdonamos, ellos no.
Empezamos genial! Nos pusimos arriba con una gran peinada de Cholito. Pero nos fuimos quedando, aunque tuvimos chances y las desperdiciamos. Se apostó a la contra, y parecía que no estaba mal. Maca estaba adelantado, y Cacique y Colo se estaban entendiendo perfecto.
En el Segundo arrancamos roncando. Nos primerearon desde el vamos. Se veía venir el empate. Nos bombardearon a centros, Segurado se cansó de hacer el trabajo sucio, nos preocupamos mucho por él y descuidamos a Garmendia, un chiquitito que cabeceó a gol en nuestra área.
De ahí en más, el equipo estuvo fatal: El flaco Etcheverry quiso hacer de Diego, no le salió y desde afuera Leiva la puso a un palo. Después el mismo flaco lo barrió en el área al autor del segundo gol, y penal. Benvenutto lo hizo después del rebote del Gordo Coria (ni esa salió!). Un punto aquí: nada de cuestionar al flaco, casi siempre figura en Doblas. Se lo banca, son muchas más veces las que hace bien, que las que hace mal. Aunque esos son los cuidados que en esta división hay que tener.
Retomo el comentario: Después del 3-1 se terminó todo. Casi no llegamos más. Ni con Ricar a un costado se logró sorprender. Descontamos casi sobre la hora, pero ya no hubo tiempo. Pero sí hay tiempo de recuperarse, de demostrar por qué fuimos los legítimos ganadores de todo en 2008. Con furia, con ganas, más que nunca con fútbol –nuestra mejor identidad-, todo se revierte. Si así será, desde el próximo domingo habrá alerta roja, pero para quienes tengan que enfrentarnos.

F.C. –Opinión-