MOMENTO CLAVE

Belgrano 1 – Independiente Doblas 0
Gol: PT: 23’ Agustín Olguín (B).


Segunda derrota en dos partidos. Nada simple definir la situación de esta última, bien diferente a la anterior. Con All Boys, como se sabe, se hizo mérito -al menos- para un empate. Ahora se perdió bien, sin discusión. Con ninguno de los dos se pudo, quizá es el más doloroso de los sentimientos. Porque había ansiedad por enfrentarlos, y con legítimas herramientas y material propio se sostenía que había con qué ilusionarse. Por fortuna viene el clásico, hora de reivindicarse. Tiempo de modificar actitudes, de saber que sólo este traspié ayudará a refrescar la memoria.
Es una sensación extraña la que se palpita luego de una ronda completa. El cimbronazo inicial se cacheteó con cuatro victorias al hilo. Ahora hay que bancarse dos pesadas caídas, de las cuales se aprende, y lógicamente se mira de otra forma el torneo. Es que la punta quedó lejos, pero no la ilusión y la convicción de mantener las formas.
Otra certeza es que somos vulnerables. Es decir, nadie es más que el rojo, pero tampoco se está abismalmente por encima del resto. Hay paridad: ni unos fenómenos, ni un desastre. Con equilibrio y mentalidad se cambian aspectos. El principal, el de ser más compactos, más colectivos, más grupal. A la pelota se la trata bien –como debe ser-, pero falta profundidad. Un triunfo grande servirá para despejar la modorra. Es la oportunidad de marcar el camino, de sentir que realmente se está para cosas importantes.
Prueba de fuego el domingo, casi no se permite una derrota, nadie la imagina. Por todo lo dicho, el actual momento para nada es igual al resto. Nunca antes dos derrotas consecutivas. Es un instante clave. Sólo los grandes superan dificultades sin fricción. A demostrar, entonces, cuán grandes somos.

El Partido. Un primer tiempo para el olvido. Probablemente peor que el segundo tiempo ante Macachín, que hasta aquí había sido el más oscuro de todos. Aquella vez al menos se convirtió y a los ponchazos se llegó. Pero en estos 45 minutos no se pisó el área. Y más preocupante aún porque jamás se tuvo la pelota, y sin conducción no hay precisión. Nos ganaron en todos lados: los delanteros lejísimos del resto, el mediocampo superado y la defensa desbordada. ¡Peor panorama imposible! Por lógica, y después de salvarnos repetidas veces, pasamos a perder con justicia. Sergio Guerra desequilibra por derecha, centro a Zubeldía ¿habilitado?, y Agustín Olguín toca a gol.
Sólo 23 minutos y era barato el resultado. Es cierto que Belgrano jugó el mejor partido del campeonato en esa primera etapa. Presionó, hizo correr el balón y mostró seguridad defensiva. A Oliván no se lo inquietó y al descanso se marchó masticando bronca. El estado del campo es un capítulo aparte: horrible para los dos, no hay excusas.
Con poco se mejoró en la parte final. Con más garra y sacrificio que fútbol. Se ajustaron las marcas, se intentó más agresividad, pero sólo una ocasión se provocó. Cacique (Wagner) ganó en defensa y definió cerca del palo. La única en todo el partido. El trico fue inteligente. No arriesgó y conservó la diferencia. Cuando podía lastimó de contra, aunque su prioridad pasó por mantener lejos de su área al rival.
Se percibió Bravura en la lucha, la identidad menos deseada. Faltó la cuota de distinción que siempre –o casi- se pregona. Se perdió el medio, a Ricar (Corcuera) le pusieron tres alrededor: Morettini, Bustamante y Guerra. Sólo es imposible. Los delanteros aislados, hubo un campo de distancia entre ellos y el resto, y –obvio- jamás les llegó con claridad. La defensa empezó a los tumbos –hoy sí se sintió la ausencia de Bocha (Bonomo)-, luego se acomodó, pero ya con el resultado adverso.
Destaco a Flaco (Etcheverry) por su entereza y otra vez –ya no es casualidad- a Culón (Casado) por su entrega. Sumo a Carita (Burgos), que a diferencia del equipo jugó mejor primer tiempo que segundo.
Grupalmente no funcionó, menos aún en lo individual. No hubo respuesta y menos solución. Derrota al margen y a pensar el clásico: el mejor momento para la recuperación.


Podio: 1) Javier Etcheverry (Flaco)
2) Paolo Casado (Culón)
3) Alejandro Burgos (Carita)

F.C. –Opinión-