PAMPERO ATALIVA ROCA 4 – INDEPENDIENTE DOBLAS 4
(Salvatierra – W.Torres – Villalba – Benvenuto) (R.Corcuera – Barcar – Gehl – Pereyra)
Resulta extraño ver a Independiente con 4 goles en contra. Sólo Atlético Macachín, este año, le pudo hacer 3 en el primer partido del oficial (3-2), y nadie más logró quebrar tantas veces la valla roja. La realidad indica que no se estuvo fino en defensa, quizá producto del “embrollo” en que se jugó el partido, propuesta en la que Pampero se sintió más cómodo, y -vaya circunstancia-, jamás Doblas escapó de ese tumulto.
El equipo se mostró confuso por momentos. Es cierto que hubo ratos de lucidez, incluso que parecía decretada la historia a favor del triunfo, aunque la esperanza se diluyó velozmente. El pico más alto se vio luego del transitorio 1-2 abajo, dónde con mucho empeño se llegó a revertir la situación. Pero el pico más bajo llamó poderosamente la atención: los primeros 15’ del segundo tiempo. Se tambaleó peligrosamente: 2 goles en contra, una pelota en el travesaño y un claro penal que el árbitro Duarte obvió.
Un encuentro así -tan cambiante, tan desproporcionado, y hasta a veces tan desprolijo-, casi siempre desemboca en una catarata de goles. Claro, esta no fue la excepción. Y ahí falló el “rojo”: en no aplicar la importancia de la trayectoria y la experiencia adquirida. En dejarse envolver hacia el lado más oscuro, el menos conveniente para este plantel.
Lo dicho: en esa maraña de confusiones, siempre el más débil se siente más cómodo. Por historia, quizá Independiente jamás apelaría a ese juego, el mismo que hoy sí le da frutos a Pampero. Y es legítimo, porque su realidad hoy no pide lucimientos, pide resultados.
El partido. Difícil de explicar. Pero esto es fútbol, y entonces todo puede pasar. Chato primer tiempo. Casi sin emociones. Trabado al límite, con un piso que muy lejos está de lo ideal. Cuando parecía que nada pasaba, clarísimo penal al Colo, y gol del Ricardo Corcuera. La segunda etapa fue el otro extremo, a pura emoción y bien determinante. Enseguida, empate de Salvatierra después de un tiro libre que Coria manoteó, pero el rebote quedó para el cabezazo a la igualdad. Instantes después, penal (dudoso) del “1” rojo y Pancita Torres adentro. Ahí nomás otro penal de Ibarra que el juez esquivó (fue más claro que el anterior), y un envío al travesaño que por casualidad no terminó en conquista. Para Independiente, las pelotas aéreas un sufrimiento.
Se reaccionó con el empate de Barcar, que cuando apareció, desequilibró. Luego el 3-2 del Colo, otra vez después de un centro de Barcar. Con otro balón de arriba (un cabezazo más, y van!) Pampero empata el partido. Cerca del cierre, nuevamente se saca diferencia por derecha, centro rasante y entre Cucú Pereyra y el defensor, el 4-3. Parecía liquidado, pero quedaba la última chance. Y como no podía ser de otra manera, otra pelota de aire que llega, de rebote tras rebote, y Diego Benvenutto que bajó la cortina final al empate en 4.
Primer paso para Hugo Gallego. Aún mucho por hacer. Algunos jugadores no pisaron firmes, no sólo por el estado de la cancha, sino por la sensación de inseguridad que vislumbraron. Hay proceso en marcha, es hora reivindicar.
El Podio. Barcar no fue el mismo que contra Campos de Acha. Apareció mucho menos, pero fue igual o más efectivo: hizo un gol, asistió en dos, y por derecha ganó todas en el segundo tiempo. Colo acompañó bien: le hicieron un penal, convirtió uno y se mostró activo siempre. El resto, muy parejo. Sólo la solvencia por momentos de un muy luchador Araya, rasguñó el podio.
Podio: 1) Eduardo Barcar
2) Daniel Colo Gehl
3) Saúl Araya
F.C. –Opinión-
(Salvatierra – W.Torres – Villalba – Benvenuto) (R.Corcuera – Barcar – Gehl – Pereyra)
Resulta extraño ver a Independiente con 4 goles en contra. Sólo Atlético Macachín, este año, le pudo hacer 3 en el primer partido del oficial (3-2), y nadie más logró quebrar tantas veces la valla roja. La realidad indica que no se estuvo fino en defensa, quizá producto del “embrollo” en que se jugó el partido, propuesta en la que Pampero se sintió más cómodo, y -vaya circunstancia-, jamás Doblas escapó de ese tumulto.
El equipo se mostró confuso por momentos. Es cierto que hubo ratos de lucidez, incluso que parecía decretada la historia a favor del triunfo, aunque la esperanza se diluyó velozmente. El pico más alto se vio luego del transitorio 1-2 abajo, dónde con mucho empeño se llegó a revertir la situación. Pero el pico más bajo llamó poderosamente la atención: los primeros 15’ del segundo tiempo. Se tambaleó peligrosamente: 2 goles en contra, una pelota en el travesaño y un claro penal que el árbitro Duarte obvió.
Un encuentro así -tan cambiante, tan desproporcionado, y hasta a veces tan desprolijo-, casi siempre desemboca en una catarata de goles. Claro, esta no fue la excepción. Y ahí falló el “rojo”: en no aplicar la importancia de la trayectoria y la experiencia adquirida. En dejarse envolver hacia el lado más oscuro, el menos conveniente para este plantel.
Lo dicho: en esa maraña de confusiones, siempre el más débil se siente más cómodo. Por historia, quizá Independiente jamás apelaría a ese juego, el mismo que hoy sí le da frutos a Pampero. Y es legítimo, porque su realidad hoy no pide lucimientos, pide resultados.
El partido. Difícil de explicar. Pero esto es fútbol, y entonces todo puede pasar. Chato primer tiempo. Casi sin emociones. Trabado al límite, con un piso que muy lejos está de lo ideal. Cuando parecía que nada pasaba, clarísimo penal al Colo, y gol del Ricardo Corcuera. La segunda etapa fue el otro extremo, a pura emoción y bien determinante. Enseguida, empate de Salvatierra después de un tiro libre que Coria manoteó, pero el rebote quedó para el cabezazo a la igualdad. Instantes después, penal (dudoso) del “1” rojo y Pancita Torres adentro. Ahí nomás otro penal de Ibarra que el juez esquivó (fue más claro que el anterior), y un envío al travesaño que por casualidad no terminó en conquista. Para Independiente, las pelotas aéreas un sufrimiento.
Se reaccionó con el empate de Barcar, que cuando apareció, desequilibró. Luego el 3-2 del Colo, otra vez después de un centro de Barcar. Con otro balón de arriba (un cabezazo más, y van!) Pampero empata el partido. Cerca del cierre, nuevamente se saca diferencia por derecha, centro rasante y entre Cucú Pereyra y el defensor, el 4-3. Parecía liquidado, pero quedaba la última chance. Y como no podía ser de otra manera, otra pelota de aire que llega, de rebote tras rebote, y Diego Benvenutto que bajó la cortina final al empate en 4.
Primer paso para Hugo Gallego. Aún mucho por hacer. Algunos jugadores no pisaron firmes, no sólo por el estado de la cancha, sino por la sensación de inseguridad que vislumbraron. Hay proceso en marcha, es hora reivindicar.
El Podio. Barcar no fue el mismo que contra Campos de Acha. Apareció mucho menos, pero fue igual o más efectivo: hizo un gol, asistió en dos, y por derecha ganó todas en el segundo tiempo. Colo acompañó bien: le hicieron un penal, convirtió uno y se mostró activo siempre. El resto, muy parejo. Sólo la solvencia por momentos de un muy luchador Araya, rasguñó el podio.
Podio: 1) Eduardo Barcar
2) Daniel Colo Gehl
3) Saúl Araya
F.C. –Opinión-
3 comentarios:
Tengamos en cuenta algunas cosas, PAMPERO le pegaba para arriba buscanco el error (que lo tuvimos), nosotros jugamos al futbol, en esa cancha imposible y menos con el día. A mi criterio creo que nos exedimos demasiado en salir jugando y querer gambetear en lugares donde arriesgabamos por el estado del campo de juego. Para ellos era EL PARTIDO, nosotros terminamos invictos y con un solo empate la primera rueda, no creo que corran todos los partidos como el domingo. Solo se empato de visitante en una cancha en pésimas condiciones y en un día igual, seguimos punteros, tenemos que mirar para adelante que hasta aca el objetivo esta cumplido. El domingo todos a SARMIENTO.
GORDO te bancamos a muerte no paso nada...tamos 1º y vamos x mas como lo hicimos siempre!! VAMOS ROJO
ey,que pasa que no actualizan mas el blog???hay alguien ahi??ey,HEY,HEYYYYYY
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