LA MEMORIA INTACTA

Movimos! Ojo, no es la panacea, pero es un gran triunfo. No por el resultado, que fue mezquino, si no por quién tuvimos enfrente. No hay que olvidar: Deportivo Winifreda viene de jugar dos provinciales, y en ninguno hizo papelones. Si hasta eliminó a Costa Brava y terminó cuarto hace dos años! También es dos veces semifinalistas del campeonato Oficial. Es verdad que no es el mismo equipo, pero no cambió su conducción (Alfredo Sauro) y su esquema, y a largo plazo estos ítems conjugados fortalecen.
Ahora sí, hablemos de nuestros méritos. Se demostró que un tropezón no es caída. Que –como decíamos la semana pasada- con un buen trato de pelota –el fútbol que reclamábamos!- siempre hay más posibilidades de garantizar la victoria. Hubo destellos que marcaron la diferencia. El equipo no olvidó todo lo bueno del año pasado. Y me parece que este el punto. Fue necesaria una predisposición diferente. El cimbronazo de la caída en el clásico surtió efecto. Quizá resulte mejor ubicarnos en la vereda de enfrente. ¿En cuál? En la de no candidatos, aunque íntimamente imaginemos lo contrario.
Sepamos algo: Sospecho que ya no vendrán los 5-0, 6-0 o 7-0 del año pasado. Y es natural, serán todos partidos durísimos, la categoría lo demanda. Entendamos que así se forman los verdaderos equipos: con grandes y valiosos triunfos. Por eso hoy, es bien justificado festejar. Porque volvimos a primera, porque hacía 7 años de nuestra última victoria en esta división (2-0 de visitante a Belgrano en 2002 con dos goles del Colo Gehl), porque hacía 8 años que no ganábamos en nuestra cancha en la “A” (2-1 a Campos de Acha, con goles de Fabio Morales y el Colo Gehl). Pero sobre todas las cosas, porque no recuperamos la memoria, al contrario, se muestra intacta.


El Partido. Discreto el primer tiempo. Repartimos posibilidades casi por igual. Como contra Macachín, empezamos mejor. Los primeros 15’ dominamos, tuvimos más la pelota, pero sin profundidad. En este lapso fue interesante “Pichilita”, después decayó su rendimiento. Promediando la etapa Wini se paró mejor, y se animó a controlar el juego. Se intercambiaron ideas, y las alternativas de gol no fueron mas que una por bando. Es decir, poquito por lado. Sólo una impresión: ¿no se arriesgó demasiado en defensa? Nos pasó en el clásico con el flaco Etcheverry, pero aceptemos que es su estilo.
En esta etapa ya vislumbramos algo de Edu Barcar –qué jugador, por favor!-.
En los segundos 45’ justificamos los 3 puntos. Desde el vamos superamos a los girasoleros. Con más convicción y decisión, empezamos a pisar el área de Marotti con peligro. Llegó el penal a Edu. Para mi existió (Bien por el árbitro, Javier Sánchez), pero al no tirarse muchos dudaron de la falta en el área. Ricar era el encargado (Bocha malogró el suyo hace una semana), pero El Edu se lo pidió. Se tenía confianza, pero falló –no importa, que jugador igual!-
Y desde aquí lo mejor de Barcar. ¿Qué después de un penal errado perdés confianza? Nada más equivocado. La gastó el Edu, se hizo un pic-nic por derecha. No lo pudieron parar. Es cierto que estuvo muy libre de marca -raro en un equipo de Sauro-, y aprovechó cada diagonal. La jugada del gol para un cuadrito: “¡tomá y hacelo Colo!” y como no podía ser de otra manera, el “Colo” la dejó en la red. Y el grito de desahogo, y el augurio de que vendrán más Colo!
El lado negativo es la cantidad de situaciones desperdiciadas. Es para analizarlo. El positivo es que justamente tenemos la capacidad suficiente para crearlas, aunque se hace complicado definir. Fueron innumerables las llegadas, y no pudimos cerrar el partido.
Hubo cambios respecto al primer partido: Ricar no se sintió tan sólo, estuvo más aguerrido el mediocampo con Carita Burgos y Cholo Araya. La otra diferencia es que esta vez, con el 1-0, se abandonó la línea de 3 por la de 4 defensores.
De todas formas soportamos bien los tibios acercamientos visitantes. Hubo dos o tres complicadas, pero Darío Monsalvo cubrió bien las espaldas del gordo Coria (se fue lesionado por un golpe), y respondió tal cual imaginábamos: con solvencia!
Ganamos! No a cualquier precio. Pagamos la deuda que sobrevoló el disgusto del clásico. Mostramos voluntad, sacrificio, orden y algo de fútbol. No es la gloria, es la ilusión de saber que la memoria no falla.

F.C. -Opinión-